Es un modelo donde las empresas desarrollan ideas y proyectos únicamente con recursos internos, manteniendo el control total sobre la investigación y el desarrollo. El conocimiento no se comparte externamente, y la innovación se gestiona de forma aislada.
(OECD, 2018)
Es un enfoque que fomenta la colaboración con actores externos (como universidades, startups, clientes, etc.) para generar y compartir ideas, tecnologías y soluciones. El conocimiento fluye tanto hacia dentro como hacia fuera de la organización.
(OECD, 2018)